Bordando la Despedida-Elisabet Cincotta /15 marzo 2008





--Presentación a cargo de Patricia Ortiz--



Elisabet es auténtica, como su poesía. Poesía que habla de la vida, -a veces descarnada y otras tierna-, poblada de sentimientos, como la vida misma.
"Bordando la despedida" está hilvanado con hilos de nostalgia. Es como detenerse en el trayecto y "volver la vista atrás", porque incluso las poesías expresadas en tiempo futuro vienen atadas a recuerdos y madurada experiencia. Dice el escritor Mauricio Rosencof –en boca de uno de sus personajes- que "vivir es una fiesta y sobrevivir trabajoso. (El enviado del Fuego).
De ahí nace la nostalgia: de haber vivido. De ahí nacen también los detalles que iluminan su poesía: de movimiento, forma, color, perfume, sonido. Porque Elisabet cabalga nubes, pinta azahares y vides, nos trae las voces sonoras de los grillos, le pone nombre a las estrellas y llora guitarras o lágrimas de azúcar.
El escritor Gustavo Tisocco en el prólogo de "Bordando la despedida" y también la Licenciada Migdalia Mansilla en la nota de contratapa, hacen mención a la nostalgia que emana de los versos, pero también a la fuerza y la esperanza, a la huella que dejan sus palabras, muchas veces reflejo de nuestro propio sentir.
Elisabet Cincotta nació en Quilmes, pero hace muchos años que vive en Berazategui. Es docente y amante también de periodismo.
Además de este poemario personal, editado por la Editorial Mis Escritos, tiene otro compartido con el escritor chileno Luis Concha Henríquez: "Dos tonos para una cordillera" y actualmente prepara la edición de "De laureles y olivos". También participó de varias antologías. Ha sido finalista en varios certámenes poéticos; ha recibido premios y menciones.
Siempre escribió. Se define como "hacedora de versos". Dice que su poema "Decisiones" sintetiza su ser:

DECISIONES

"He decidido subirme al tren de los sensibles,
corazones que ríen y lloran sin vergüenza,
ser libre para amar sin impotencia
y perder la razón del compromiso.
Decirle no a la rutina inmersa
que hace fracasar la alegría,
encontrarme simplemente siendo buena,
amar igual de noche que de día.
Ser oyente silenciosa en tu consuelo,
dormir abrazada a los deseos que me guían,
latir al ver tu cara amiga
emocionarme con tu llanto y con tu risa.
Acompañar al ser que necesita de mis manos,
de mi abrazo y mi palabra.
Dejar brotar la lágrima fecunda
que terminará en la sonrisa prodigiosa,
contemplar tus ojos en los míos,
pensar que es hoy el último día de la vida
y disfrutarlo intensamente
sólo así sabiéndome tu amiga."

Patricia Ortiz y Elisabet Cincotta